viernes, 25 de julio de 2008

Corriendo como los Caballos...


1.Gringola: Protectores plásticos oculares, que son colocados en las “capucheras” de los caballos. Existen tres tipos: La gríngola abierta, la semi abierta y la poca abierta.
El ángulo de visión de los caballos, les permite ver hacia atrás, por lo cual la gringola los obliga a solo mirar hacia delant
e
.

¿quien dijo que solo los Caballos las usan?

Vivimos en un mundo real donde pasa lo real. Los grupos de Rescate estan por algo, pense seriamente. En el fondo, en lo profundo y conociendo los antecedentes, sabia que me perderia, era cuestion de... esperar, y que las piernas hicieran su trabajo. Cuando pase por el ingenuo letrero aun se veian marcadas señales, en arboles y piedras. En particular recuerdo una que era una flecha, colo azul, que conseguia de vez en vez en las piedras ya que para ese momento ya no habia camino sino peñascos por donde subia siguiendo dichas señales. Como llevo mi vida apurado, pues, iba apurado tambien alli, seguramente una de las causas de la perdida. Con bastante frecuencia veia el reloj, un campo en particular, el de la altitud. Cuando pase los 2700 msnm presenti que las cosas no iban bien. De inmediato pense y me pregunte, si ya habia pasado el cruce de Urquijo.

No queria creer que habia pasado dicho cruce y esa era la gran verdad. Cuando el reloj marco 2722 msnm aun dudada si estaba en camino al pico Naiguata, estaba en el o, insolitamente, aun no habia llegado. En ese momento no lo sabia, pero estaba a muy poco metros del pico. No recuerdo exactamente cuantas vueltas di, ni las veces que pase por la misma piedra. Estaba perdido, nuevamente, en el mismo lugar. Subia, bajaba las piedras, trataba de encontrar una señal, una marca, alguna vaina amarrada al tronco de algun arbusto y aunque efectivamente llegaba a verlas igual no sabia por donde agarrar. No me ubicaba. La naturaleza me tenia preso, entre sus grandes peñones y eventuales brisones con niebla y gotas frias incorporadas.

Al principio me desespere un poco, no veia la magnitud del tremendo problema en que me habia metido (problema no era la palabra que iba a utilizar). Estaba mas preocupado por el tiempo que llevaba e ironicamente estaba preocupado porque haria mas de 8 horas..., me lamentaba de no seguir el entrenamiento que tenia planificado, esa era mi desesperacion. A esa altura llevaba 20 kilometros a cuestas. A veces me perdia mas, incluso metiendome por lugares que no tenian ninguna señal hecha por el hombre, entonces trataba de acordarme como devolverme a donde vi la ultima rama con el plastico enrrollado. Me tocaba asirme con las manos a salientes de enormes rocas, para no caerme y tratar de llegar a donde igual estaba perdido, pero a salvo, con excepcion de la fria y escandalosa brisa. Sin planificarlo llegue a un riachuelo, el manantial stolk. Lo habia visto en el mapa, lastima que no tenia el mapa a la mano. Me pare unos minutos alli. Una pequeña obra de arquitectura dicho manantial, consistia de un pocito, tipo represa, y en su parte mas baja salia un tubo que tenia un tapon de plastico, bastante comodo y con el cual llene el camel de agua, bastante fria por cierto.

Y comenze a preocuparme, no por haberse jodido el entrenamiento sino por convencerme que no seria nada facil salir de esa montaña. En algun momento trate de orientarme con el reloj y aunque este me decia muy bien las coordenadas, yo sabia que tenia que agarrar para el este, sin embargo, tantas piedras y despeñaderos me impedian seguir un camino. Finalmente termine apagandolo para conservar la pila del mismo, ya que solo duraba 10 horas, y prenderlo de vez en cuando para ver la hora. Me sente al lado de una de esas gigantescas piedras, no pensaba claro y no me lo podia creer. Me decia, bueno, sera esperar que mi esposa se preocupe a las 3 pm por no haber llegado a casa, que llame a Joao y finalmente siendo de noche se den cuenta que Jesus Hulett se perdio en el Avila. Ya me veia en una pequeña nota en algun periodico: "Perdido excursionista en el P.N.El Avila...". Aun me quedaban dos barras energeticas y un power gel, mas monte y agua como arroz. No crei que llegaria el momento de aplicar lo aprendido en los programas de Bear Grills. Leg Straus, como es gordo, pasa mucha hambre y eso no me cuadra mucho.

Y aunque no estaba asustado, me veia faltando al trabajo al dia siguiente. Cualquiera pensara que no era para tanto y ciertamente no lo era, el asunto es que si no subia nadie al pico Naiguata ese dia por el mal tiempo que habia estado haciendo en la semana entonces, tendrian trabajo algun grupo de rescate y aunque ellos salvan vidas esos coños suben bastante lentos, comparado conmigo, quiero decir, que no salvo vidas... me sente entonces en unas piedras que tenian vista hacia una parte baja donde se veia un plancito, lo que luego me entere era lo que llaman el Anfiteatro. Mis opciones a elegir eran muy limitadas, o esperaba a alguien o esperaba que hiciera buen clima y se despejara de niebla para medio orientarme..., a esa altura y en esta epoca del año de lluvias me quedaba con la primera opcion.

Trataba de quedarme quieto, en un lugar, pero si hay algo que nunca me ha caracterizado es la paciencia infinita y menos versus un golpe al higado de la desesperacion. Ganaba al galope el calarme la brisa fria y esperar el gran milagro. No recuerdo haber pedido a Dios que me sacara del aquel apuro, seguramente lo hice y varias veces, pero cuando ya esta practicamente resignado al grupo de rescate y a la nota en el periodico entonces el milagro tuvo un nombre, EL JOE.

Sentado en la piedra, veo hacia el plancito y para mi sorpresa estaba un carajo haciendome señales con las manos, como a 150 metros, casi no lo oia. No se como describir la emocion que senti cuando lo vi, me pare inmediatamente y me tire por las piedras cuesta abajo sin importar que el carajo me dijera que no bajara por alli, que bajara por otro lado que me estaba indicando. Atraveze unos pequeños matorrales y aunque iba con intenciones de abrazarlo mas bien le di un apreton de manos a lo que me respondio, que tal, soy EL JOE.

En un principio me dio la impresion que era un indigente, luego pense que era un hermitaño o una liga de ambas cosas. Muy cerca estaba su carpa, la cual no vi a pesar de haber pasado un par de veces por dicho lugar. Alli tenia todo lo necesario para la supervivencia en la montaña, desde latas de atun, sardina, papas, tomates, cebollas, pasta, harina pan, aceite y un sin fin de alimentos. Definitivamente no estaba pasando hambre ese carajo. Estaba haciendo unas lentejas en una olla a punta de leña. Como ya habia jodido el entrenamiento me puse a conversar con el un buen rato. Me conto que siempre la gente se pierde por ese lugar y que no era la primera vez que "rescataba" a alguien. Tambien me conto que los restos cremados de su mama los habia depositado en pico Naiguata, por lo cual deduje que era la razon por la que estaba alli y por que, como me dijo, siempre subia y se quedaba dias y dias.

Tenia unas ganas enormes que quedarme a comer esas lentejas que me habia invitado a comer, pero decidi partir y tomar el camino de regreso. El JOE me llevo hasta el camino, estaba bastante cerca pero lo tapaba algo de monte. Eran las doce del medio dia con un minuto cuando active el reloj nuevamente. Tengo que decirle a la gente de Garmin, los fabricantes del reloj, que la pila del Forerunner 305 no dura 10 horas, sino 13 horas...

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Conocimos a El Joe o algún personaje bastante parecido a tu descripción el pasado diciembre. El pana subió al Naiguatá a pasar 15 días (los cuales incluían las Navidades y el año nuevo), pero con comida sólo para un semana. Nosotros nos quedamos tres días allá y las ganas de bajar con el menor peso posible le suministraron a El Joe o su afín por lo menos 4 días más de comida.

Jesus Hulett dijo...

Si, ese mismo es el sujeto en cuestion, muy amable y amigable por cierto. Lo recuerdo porque me dijo que habia pasado hasta navidades alli.