sábado, 9 de enero de 2010

Cuando no quiero llorar, lloro: lo feo del UTMB


Aunque pareciese, no he plagiado el titulo de ninguna novela. Miguel Otero Silva fue un escritor, periodista y editor venezolano, nacido en 1908 y fallecido en 1985. Escribio una novela titulada: Cuando quiero llorar, no lloro. Lo mio era otra cosa. Se me salian las lagrimas queriendo o no, simultaneamente, de impotencia por no poder ir mas rapido y del dolor.



Finalmente me he sentado nuevamente a finalizar este proyecto de escritura. He estado bastante ocupado debido a que justo en este momento d
e mi vida estoy concretando un proyecto de mi carrera profesional que tenia bastante tiempo estancado y que es muy posible que para un futuro inmediato me sirva como medio de subsistencia, ese del cual dependemos todos, porque lamentablemente no soy hijo de algun banquero, artista, o millonario famoso. Sin embargo he ido escribiendo de a poco. Algo como el UTMB, sus sensaciones, aunque cueste creer, no se olvida tan facilmente, asi que no he tenido problemas en poder plasmar aqui todo por lo que pase por aquellas tierras.


Mapa oficial de la ruta desde La Fouly (Km. 108) hasta Trient (Km. 138), solo 30 km. No se equivocaron al poner ese color al mapa.



41 minutos estuve en La Fouly, para mi desgracia, el km 108. Viendolo bien, no fue tanto, pero me quedaban "solamente" 60 km. Habia llegado 7 horas a
ntes del tiempo establecido para su cierre, a las 11 p.m. Vamos a intentarlo, con tal ventaja hasta un paralitico termina la ruta, me dije. Estaba en la posicion 346 cuando decidi seguir, que tampoco lo sabia, y eran las 4 de la tarde. Incluso en este punto todavia iba bastante bien!, como para pensar en 33, 34 o 35 horas. Todavia casi 2000 personas estaban detras de mi. Ciertamente no habia nada que hacer, solo son datos estadisticos, mas bien, gracias a Dios tenia tanto tiempo de "colchon". A pesar de tener las trenzas de los zapatos sueltas, la sensacion en el pie derecho era totalmente lo contrario, ironicamente, como camine casi en su totalidad los ultimos 10 km, estaba bastante recuperado fisicamente, me sentia con fuerzas. Mentalmente no estaba derrotado, sencillamente no pensaba en "no terminar", que no es igual que "pensar en terminar". Podia perder por forfait, que, en este tipo de carreras, es que no te alcance el tiempo.

Una vista aerea de la localidad de La Fouly (km. 108).



Cuando me baje de la camilla mi cara era un poema, un poema de tragedia. Al ponerme de pie disimule el dolor mientras caminaba por el pasillo hasta la puerta de salida, tambien entrada principal del edificio. Me sujete de una baranda para bajar
las escaleras hacia la calle, sin saber que las bajadas, por muy leves que fuesen su pendiente, serian la gota de la tortura china. No me dolia tanto, en un principio, pero si lo suficiente para soltar mas de una lagrima. Con resignacion, no tenia otra que seguir, entonces me intercepto nuevamente el voluntario que minutos antes me habia hecho la mini entrevista y a quien dije que no haria nuevamente esta carrera, aunque no le explique el porque. Me pregunto acerca de mi diagnostico y solo me limite a mostrarle el pie, era evidente al verlo el porque de mi cara. Tambien su cara denoto mi angustia pero con todo y eso me dio animos, fuerza!, adelante!, me dijo en su español un poco extraño. Emprendi nuevamente el camino, caminando, poco a poco, vino un sendero, una especie de pista forestal, afortunadamente para mi, bajando, desafortunadamente para mi pie, bajando. Un camino sin mucha dificultad parecia internarme en una especie de selva forestal donde se podian escuchar las aves. De dia aun camine por dicho sendero, un desnivel poco pronunciado, un bosque, arbustos de lado a lado y densa vegetacion. Me alcanzo un corredor, accion que no era nada extraña, por el contrario pasaria a ser muy comun y frecuente hasta el final.


Camine, como si nada, un buen rato con el. Resulto ser italiano, pero ibamos hablando en ingles. Me dijo que no tenia ninguna dolencia, solo estaba reventado, agotado, le habia dado un conato de hipotermia, una baja de azucar y presentaba un cuadro de desidratacion, pero que decidio seguir hasta donde el cuerpo aguantara porque su esposa e hija lo iban a esperar en la llegada. Yo solo le mostre mi pie. Conversamos un buen rato, a veces me hablaba en italiano y le entendia, igualmente sucedia con mi español. Hay cosas que creo, hasta que muera, recordare y justamente fue la conversacion con ese italiano, no por lo nutrida de la misma, para mi era un corredor mas con el que intercambiaba algunas palabras, sino porque, justo cuando hablaba con el escuche un craqueteo en mi pie y nuevamente supe que el diablo existia, lo menos que queria hacer era bajar la mirada al tobillo. Para no parecer tan vulgar, quisiera decir que dije: Diablos!, pero en realidad dije: mierda!, que verga fue esa que me hizo doler tanto el pie!. Me detuve y dije bye al italiano, coño, como me dolia. Sabia que el pie me doleria mas, lo que no sabia es que seria tan rapido.

Llegando y pasando por Praz de Fort, si tener idea cierta que km era. Una de sus calles y esa casa algo del gobierno. La foto no es mia, la tome de alguna persona que hizo una excursion por alli.


Porsupuesto que se me hincho mas aunque en ese momento no tuve el valor de verlo. Tambien me dolia mas de lo que hasta ahora me habia dolido. Ahora si que empezaria a caminar renco. Comenze a buscar la manera de caminar de modo que no medoliera "tanto". Cambie la forma de afincar el pie, amarre los zapatos fuertemente, los desamarre, caminaba de lado, saltandito, un fin de cosas que no parecia funcionar. La unica opcion viable era simplemente aguantar el dolor. Me lamente nunca haberme interesado en yoga, meditaciones tibetanas o cosas por el estilo. Como sea, a preparar la mente para aguantar el arrecho dolor y esa era la dura realidad que me costaba asimilar en aquel momento.

En una de las calles de Praz de Fort, recuerdo cuando pase por aqui, una casa, casi callendose, llena de listones de madera, es decir, leña, todo en un estilo muy rural.


La bajada, segun habia leido en el ultimo mapa que observe en La Fouly, era hasta el km. 118, poco despues de pasar un lugar llamado Praz de Fort, coño, 10 km mas de bajada y bajada. Era de dia y como podia, caminaba, aguantando el dolor y apretando el que les conte... El camino, amigable y eso era gente y gente pasandome, cosa de lo cual no me habia acostumbrado del todo. No hubo momento en la carrera en que esto no me incomodara y tambien desesperara. Aunque no lo sabia con certeza, menos mal tenia tanta gente detras. Finalmente llegue a eso que llaman Praz de Fort. Como una villa, un pueblecillo. Camine por una calle asfaltada. Envidio no vivir en un lugar asi. Entre montañas, alejado de todo lo que aqueja en mi pais. Que afortunada es esta gente... me repetia mientras veia las casas y la gente en el lugar. Despues de atravezar ¿la villa? por algunas de sus calles, siempre bajando o plano, decidi detenerme un rato a sobar el pie.

Aqui se puede ver mejor como esta gente es tan organizada y previsiva. Pase mas lento de lo que iba solo para ver esos listones de madera perfectamente agrupados.



En mi interior sabia que por pararme no se me iba quitar el dolor. Era un capricho detenerme a perder un valioso tiempo, sin embargo, aunque no sabia porque, de vezen cuando lo hacia. Quiza queria dar lastima, cosa que tampoco funcionaba. !Parate de esa v
aina y sigue, nada te va a ayudar y menos aqui!. En el mismo Praz de Fort, un pequeño grupo de personas, en realidad 3 o cuatro niños y un adulto, tenian a orilla de calle, una mesa con vasos con te caliente y agua. Una de las pequeñas rubias niñas me ofrecio te y lo acepte, me detuve un par de minutos mientras lo bebia, !a la verga!, esta vaina si que esta caliente, mejor me paro!,... y luego devolvi el vaso vacio a una de las niñas con los cachetes rosaditos, tipica niña andinita a la cual no sabia si decir merci, grazzie, thanks o gracias. Tambien un par de corredores que venian cerca de mi se detuvieron e hicieron lo mismo sin estupora las normas de la carrera que penalizaba este tipo de ayuda, que mas que eso era un gran gesto de amabilidad por parte de los habitantes de estos remotos lugares.


La ruta del UTMB nos hacia caminar por algunas calles de dicha villa, en Praz de Fort. Observe sus casas, era un lugar encantador, integro, como olvidado en el tiempo, sus casas, su soledad, ¡que mariquera estoy diciendo!. Despues de lidear con unpar de vueltas, cruces y calles de piedra, tambien de personas mirando como caminaba cojeando, me detuve justo en un muro de piedra, me quite la media y el zapato, y comenze a sobar el pie. Justo en ese lugar pareciamos dejar la villa para internarnos nuevamente en la montaña y justo alli vi a dos corredores, vestidos con una camisa de igual diseño y que no se si por delirio, me parecio leer que eran del grupo de UltraOxigeno. Unos conocidos "desconocidos". Juraria que era Sergio (Mayayo) y compañia (Pedro) del equipo UltroOxigeno, españoles a quienes habia conocido a traves de "la internet" y sus blogs y que esperaba conocer en persona. Incluso habia traido desde Caracas una botella de Ron Cacique para obsequiarla a uno de ellos o a ambos.


Con Pedro casi coincido cuando corri Carros de Foc, sin embargo, el llego a conocer a mi esposa e hijos mientras me esperaban en el refugio de Amitges. Asi me lo hizo saber en un comentario en el blog de Mayayo (Sergio), cosa que me alegro enormente porque Carros de Foc me trae recuerdos inolvidables. Incluso, no se si antes o despues de Carros de Foc (creo que despues), segui su blog y desempeño en otro ultramaraton de montaña (Ultra Trail de Aneto, si mal no recuerdo). Recuerdo claramente que se debatia entre correr carreras de largo aliento "tecnicas" o lo contrario. Tiempo despues formo el equipo UltraOxigeno con Sergio y otro compañero de aventuras y el UTMB era una de sus metas.


Juraria que eran ellos, quienes, aunque es posible que me hayan visto, se detuvieron un par de segundos, tiempo suficiente para leer en sus camisas quienes eran y deducir quienes eran. Pero en ese momento me sentia disminuido, no estaba contento con mi situacion y eso me impidio tener la iniciativa de saludarlos, hacerles alguna señal para que se acercaran unos metros hasta donde yo estaba e intercambiar algunas palabras. Como fuese, siguieron montaña abajo, dejando Praz de Fort. Luego, con el pasar de los dias, semanas y meses, determine que esos dos corredores que me parecio ver eran del equipo UltraOxigeno, pues no lo eran. Viendo sus tiempos de carrera, viendo los mios, es imposible que hayamos coincidido en alguna parte de la misma. Con mucha razon, cuando le comente a Sergio sobre esto, el sugirio que no eran ellos, pero yo insisti e insisti y luego me di el tortazo, efectivamente tenia razon: no fueron ellos: Fue una alucinacion a plena luz del dia, augurio de lo que vendria, es mi conclusion.


Estuve cerca de tres a cinco minutos sentado en el muro de piedra, sobando el pie y viendo las casas, viendo la gente que me veia cuando pasaba por las calles y observando el paisaje. Tambien mentando madre y maldiciendo por mi precaria condicion. Preguntandome porque coño me estaba pasando esto. Coloque el zapato y la media, aunque no en ese orden, y segui el camino. Me esperaban unos pocos metros mas de bajada hasta comenzar a subir nuevamente hacia lo que llamaban Champex, el km 123. De mi forma fisica nada cambiaria. Mentalmente tampoco cambiaria, seguia quejandome, lamentandome, mentando madre, maldiciendo hasta mas no poder, para mis adentros. ¿que otra cosa podia hacer?. Eso de poner la mente en blanco, no pensar en nada, no iba conmigo y menos en esos momentos de angustia y dolor. Es muy dificil controlar ciertas emociones cuando se tienen mas de 20 horas de carrera, definitivamente hay que buscar la forma de entretenerse mientras se camina.


Parte del camino hacia Champex me parecio similar a cuando subia hacia el refugio de Bertone. Largos zig-zag, poco tecnicos y con pendiente media. Una que otra raiz en el camino de tierra y porsupuesto mucha vegetacion alrrededor. Era aun de dia, estaba claro. Entre los muchos que me pasaron en dicho trayecto estaba un grupo de españoles, incuida una chica. Al principio pense que eran franceses porque iban hablando en catalan y porsupuesto que tambien soy un ignorante en cuando a identificar idiomas se refiere. Si mal no recuerdo eran tres corredores e iban acompañados de su personal "logistico", una persona mas que tomaba fotos, filmaba, daba indicaciones o sugerencias y hablaba pajita mientras caminaban. Supe que eran españoles porque esta misma persona me sugirio, en español, que no forzara el pie ya que se me veia bastante hinchado, que a el en el pasado le habia sucedido algo similar dejandole un muy mal sabor y una nada grata experiencia: Que abandonara en Champex, me dijo literalmente, sin tapujos. Escucharlo fue un golpe mas a mi estima, no supe que decirle, queria seguir y tener esperanzas en terminar la carrera, lo que me dijo afecto mi estado de animo. Queria seguir, tenia un compromiso que cumplir conmigo y con mis allegados. Me dio pena conmigo mismo, pero no iba a abandonar porque alguien me lo sugiriera. Esto iba a durar, literalmente, hasta que el cuerpo aguantara. No les dije nada y luego de eso, siguieron y me dejaron. La persona de "personal logistico" converso conmigo un rato y despues tambien me dejo para seguir tomando fotos a su grupo, lo que me hacia suponer que Champex estaba cerca, como efectivamente sucedio.


La localidad de Champex, en Suiza. Lo que se ve a la izquierda es el Lago de Champex. Al frente una especie de paseo peatonal. Se seguia por alli hasta el final. El que va alli fue el que tomo la foto.


Llegar a Champex era un logro, habia leido acerca de ello. En dicho lugar solo faltaria un "Maraton", es decir, aproximadamente 42 km. Muchos nisiquiera han llegado alli, aunque no era garantia de terminar porque muchos otros han abandonado despues de este punto. En todos los puntos de control abandona alguna persona, no importa si faltan 5 km para la meta. Siempre se corre el riesgo de estar entre las personas que en cualquier punto de control pueden abandonar, las estadisticas no fallan. Quiza el punto a favor es que a medida que se avanza en la carrera, el porcentaje de personas que abandonan es menor... pero nunca es cero.

En el puesto de avituallamiento. Si no me equivoco, al final al frente la entrada. A la izquierda la zona donde se tomaban los alimentos y bebidas. No se a que hora tomaron la foto, pero cuando llegue estaba igual de lleno.


Finalmente, a las 7:34 de la noche, con poco mas de 25 horas de carrera y aun de dia, vi la gigantesca carpa del puesto de control en Champex, habia llegado al km 123. En realidad eran varias carpas. Estaba en Suiza. Disimule un poco la cojeadera al entrar a la carpa principal, aunque era evidente que venia mas renco que barba roja. Todavia se veian algunos espectadores dando animos a los corredores. Entre a la carpa y no sabia que hacer, que comer o beber. No tenia ni hambre ni sed, tampoco muchas ganas de hacer ambas cosas. Habia gente por doquier. Habian muchas mesas con sus banquitos, gente como arroz picao, comiendo en estas. Tambien habia una seccion de la carpa donde habia como una especie de sala de atencion, camillas o algo para descansar acostado. No supe si era para quienes habian abandonado o para quienes solo querian descansar un poco, lo que fuese le hice la cruz. Bastante ruido, gente hablando en diferentes idiomas, muy raro era escuchar el español.


Pedi, en un area de la carpa, un yogurt natural y lo comi. Me anime y pedi un plato de pasta corta, estaba un poco fria pero igual me obligue a comerla, pero honestamente no le consegui sabor alguno mientras la ingeria sentado en la mesa. Tome un poco de cocacola tambien. Llene el bidon de agua y no comi mas nada. Luego me puse a manguarear un rato, estaba un poco desubicado, entonces me abordo la persona que servia de apoyo logistico al grupito de catalanes que hacia un buen rato me habia pasado antes de llegar a Champex. Insistio en que abandonara, que no siguiera, pero al ver mi determinacion por seguir me ofrecio un calmante. Entonces fue con el grupo de catalanes, el tambien lo era, y a la chica le pregunto si tenia un sobre de ibuprofeno. Ella, muy amable, despues de buscarlo me lo dio. Escuche su nombre, la oi llamar Marta, entonces supe que era nada mas y nada menos que Marta Prats, una corredora catalana archiconocida en este mundo del correr, muy buena y destacada corredora, con muy buenos resultados en otras competencias. Por supuesto que le pedi tomarme una foto con ella, lo cual acepto con bastante humildad. La persona de apoyo logistico tomo la foto y era, tambien, nada mas y nada menos que su esposo. Converse con ellos un rato, mas que todo con Marta y su marido. Ella se veia bastante fresca, como si esos 123 km ubiesen sido un calentamiento.


Marta me sugirio que tomara el calmante en una o dos horas con un poco de agua. Yo la verdad, en mi vida he tomado este tipo de medicamentos, pero ameritaba, el dolor era insoportable. No perdia nada con intentar, ilusamente pense. Guarde el pequeño sobre en mi camisa y casi de inmediato sali del puesto de control, no sin antes despedirme de Marta y su marido a quienes dije que nos veriamos seguro mas adelante ya que tarde o temprano me alcanzarian nuevamente. No tenia nada mas que hacer alli que ver los rostros de corredores, cosa que venia haciendo desde el primer punto de control. Igual que cuando entre, disimule no estar cojeando, pero solo por pocos metros, despues volvi a mi renco paso que se habia vuelto habitual.

El paseo del lago de Champex. Esos dos corredores, dueños de esta foto, son Jeff y no recuerdo la otra persona. Terminaron en 45 horas. Fijense como van forrados en ropa a plena luz del dia.


Camine por el lago de Champex, ese por el cual habia visto pasar a Dawi Sherpa y Kilian Jornet en el video del UTMB del año 2008, bordeandolo por un lado, un buen trayecto. Al fondo se podian ver las montañas. Era un inmenso lago, seguramente muy frio. Algunas embarcaciones pequeñas pude avistar. Camine por una especie de paseo peatonal de piedra o concreto, que bordeaba parte del lago, era la ruta marcada del UTMB. Mucha gente quedo en Champex, cuando sali no tenia a nadie delante de mi y al voltear tampoco nadie detrás. Un poco incongruente, tanta gente en el puesto de control y en la ruta aledaña nadie cerca, estaba como solo. Algo que nunca entendere es que, en un lugar donde no tenia necesidad de dar paso a corredores que quisieran pasarme, ironicamente nadie se aparecia, pero bastaba que el camino se pusiera de 30 centimetros para que tuviera un batallon detrás de mi pidiendo paso. La superficie plana del paseo me hacia cojear en un ritmo sostenido, parecia trotar, casi ni se notaba mi renqueo. Cada paso, aunque no se crea, era una tortura. Me estaba acostumbrando al dolor, pero igual dolia. Recuerdo la mirada de un par de señoras cuando caminaba por alli, asi como de varios vehiculos que pasaban por la calle a un lado del paseo. Mirada dificil de decifrar, lastima?, animos?, nunca lo sabre.


Poco despues se salia del paseo peatonal y se caminaba por el extremo de una avenida, igual asfaltada, por la que circulaban vehiculos. Me hice a un lado, recuerdo una pequeña subida y luego al borde de la avenida una desviacion hacia un camino de tierra por el cual seguia la marca de la ruta del UTMB. Tome dicho camino pensando en nada y en todo. No tenia certeza de a donde me dirigia, el mapa mental que habia hecho de la ruta se habia traspapelado en mi cabeza. Ni sabia que venia, tampoco como venia, si era subida o bajada. No recordaba o estaba cansado mentalmente, porque fisicamente estaba en neutro. Solo sabia que faltaba quejode. Un camino, no tan angosto, por el medio iba. El ocio me impulsaba a colocar las manos en el bolso, en la cintura, en la espalda, en las piernas, en el cuello e incluso en la cabeza. Si estaba despeinado o con la cara manchada, nada de eso importaba.


Al cabo de un rato de ir por dicho camino este se hizo pendiente, la cual comence a subir extrañado, hasta que me percate que hacia una docena deminutos que habia visto la ultima señal del UTMB. Me detuve al convencerme no haber visto ninguna señal y comence a devolverme. Quiza serian unos 300 metros, pero para mi precaria condicion parecia que hubiera caminado 2 km. La noche estaba recien entrando, aunque no habia oscurecido del todo. Me detuve, nadie por delante, nadie por detras y entonces decidi, muy lentamente, cosa que no me costaba mucho, seguir devolviendome, no sin antes sacar el frontal del bolso, la segunda noche se comenzaba a asomar. Finalmente vi algunas luces de frontales. En un extremo del camino habia una desviacion a mano derecha y no habia visto la señal correspondiente. Cuando las cosas estan malas se pueden poner peor, conato de perdida. Tome por la desviacion, un sendero, estrecho, bastante abrupto, con raices, piedras, no era un camino realmente. Iba tan lento que pude haber contado los pasos a traves de todo ese raizal, ya bastante oscuro. Cada paso era, y lo voy a definir asi: como si me ubiese hecho pupu en los pantalones y no quisiera que bajara hasta los zapatos...


En algun momento se acabo la bajada por este camino del demonio. Insoportable el dolor de cada paso, lo que hacia no era caminar, era casi arrastrarme. Hacia mas fuerza con los brazos que con las piernas, tratando de mantener el equilibrio para no caerme, lo que ubiese resultado una tragedia. Ese era mi temor bajando por alli, si me caia, un mal movimiento al pie y seria como el titulo del ultimo CD de los black eyes peas, the end. Daba un paso, me pasaban 10 personas, daba otro paso y me pasaban 10 personas mas. Iba tan lento que podia tocar cada rama de cada arbusto por donde pasaba. Tenia el animo por el piso y sentia una gran impotencia, el camino era incaminable en condiciones fisicas optimas, imaginense con un pie adolorido. Algunos movimientos bruscos al pie me hicieron soltar mas de una lagrima de dolor y despues venian mas lagrimas de lamentos sin decir una palabra. Cuando veia alguna luz de frontal acercandose me pasaba la mano por la cara para secar el rostro. A pesar que quiza muchos me vieron llorando sollozamente, nadie me decia nada, pasaban por un lado y seguian como si yo fuese un arbusto mas. En esos momentos, con la excusa de dar paso, me hacia a un lado y me paraba tratando de mitigar el dolor en el pie y di tantas veces paso como personas me pasaron. Si alguien se ubiese parado y me ubiese preguntado: coñoetumadre ¿porque lloras?, creo que me voy en llanto.


Finalmente el camino inescrupuloso se acabo y comenzo una subida con un camino mas amigable, igual de tierra, algo pedregoso en un principio pero bastante regular. Comenzo a ganar inclinacion el camino. Todo oscuro, hacia frio y me habia puesto elrompeviento desde hacia buen rato. Me alcanzo un corredor, bastante joven, le calcularia unos 22 años. Alto, blanco, muy amigable, mucho mas que los que hasta ahora me habian abordado. Era Suizo y no entendia mucho su ingles, aun asi no dejaba de hablar. Lo hacia muy lentamente para que yo entendiese y a duras penas lo hacia, tenia un acento extraño. Se le veia muy animado, contento, fresco, nunca dejo de ser amigable y durante un buen trayecto de subida me acompaño cuando era evidente que podia ir mucho mas rapido. Le pregunte a donde nos dirigiamos porque mi mente ya NPI (no procesaba informacion).


Me indico que habia que subir a Bovine, el km. 132. Yo estaba tan perdido que hasta ese momento pensaba que Bovine se encontraba bajando. Mientras hablabamos me mostro hacia el horizonte un gran cumulo de luces, me parecian estrellas y resulta que era una larga hilera de frontales que se perdian en lo mas adentro de las montañas, que aparecian y desaparecian en la oscura noche, seguro por la dificultad del camino. Era evidente que Bovine estaba lejos. Y yo incredulo, todavia me debatia entre si estaba diciendo la verdad acerca de que Bovine estaba arriba, aun creia que era un lugar al que se llegaba bajando. Tuve que insistir al joven corredor suizo que siguiera solo, que lo estaba retrazando demasiado, este despues que insisti tanto me dijo bye y sonrriendo me deseo suerte y siguio. Igual de lento que yo iba, estuvimos cerca de 20 minutos caminando con una distancia entre nosotros de 10 metros, lo alcance nuevamente, hi, how are you?.., a lo que reimos, yo le dije, bye, bye, go, go y al cabo de algunos minutos deje de verlo mientras el camino ya dejaba de serlo tambien, literalmente desaparecio en la oscuridad. Ya no habia camino, sino un sendero abrupto, humedo y con muchas piedras. Por donde ademas bajaba agua en cualquier sentido.


Me costo mucho subir por alli. Era un bonito bosque, pero de dia, de noche era horripilantemente frio, oscuro y tenebroso. De un lado a otro, pisando una piedra, agarrandome de otra. Frustrante, tratando sin éxito de no lastimar el pie con cada movimiento, era muy dificil evitarlo, por no decir imposible. No habia pavimento, por donde mirara era irregular el sendero, cuando lo habia. Mientras tanto la noche se hacia mas oscura y fria. Escuchaba el sonido de algun riachuelo cerca y demas inceptos que afortunadamente no alcance a ver. Desesperante dar cada paso y se me volvieron a salir las lagrimas mientras maldecia por enesima vez para mis adentros, y de vez en cuando, cuando no veia a nadie cerca, para mis afueras. Resignado a seguir, no tenia de donde mas. Nadie podia prestarme ayuda en dicho lugar e ingenuamente subia sin saber hasta poco mas de 2000 msnm desde casi 1300 msnm.


Habia olvidado el sobre de ibuprofeno, repentinamente lo recorde y decidi sacarlo del bolsillo de mi camisa. Me pare, lo destape y tome sin tapujos esperando disminuyera el dolor . Al cabo de 45 minutos y en plena subida, incluso con neblina, en un ambiente bastante hostil, me detuvo un pequeño riachuelo. No lo pense dos veces, despues de cruzarlo con dificultad, me quite el zapato, la media, y meti el pie en un pequeño pozo y si, estaba fria pero me calmo el dolor que el ibuprofeno no pudo. Aunque resultaba sadico, lo meti y saque varias veces. En algun momento no sentia el pie del frio, parecia un drogadicto, metiendo y sacando el pie podia ver el placer en mi cara de este acto que me resultaba tan satisfactorio. Y como si el pie fuera otra persona, paga!, eso te pasa por quererme joder la carrera, pal pozo otra vez!. Tres o cuatro corredores me vieron haciendo eso pero no entendi, y nunca sabre, que quisieron decirme en italiano.


El frio me calmo un poco el dolor, entonces segui agonicamente aguantandolo hasta que me sorprendio el llegar a una improvisada carpa, en medio de la montaña a la intemperie. Hacia bastante frio, soplaba una brisa ruidosa y fria. La carpa era como un kiosko donde se compran cosas. Registraron mi numero con el aparato inhalambrico y recuerdo haber pedido me dieran café caliente, en el vaso que llevaba al frente del bolso. A pesar de las condiciones climatologicas tenia un poco de sueño y pense que café era la mejor opcion. Serian cerca de las 11 de la noche. Finalmente estaba en el decepcionante Bovine, el km. 132, que no era mas que una gran carpa blanca a mitad de montaña. Definitivamente no era un lugar para quedarse mucho tiempo, solo dos minutos tomandome el café estuve sentado al frente de la carpa, en algo parecido a un banco de metal, soportando las gotas frias en mi cara y preguntandome que coños hacia alli y cuando se acabaria este sufrimiento. No habia mesas ni nada por el estilo, yo creo que la idea era no detenerse. Recuerdo claramente el momento en que decidi pararme, aun con café en la mano y seguir porque no era un buen lugar para manguarear. Sin duda alguna este trayecto desde Champex hasta Bovine habia sido el que mas duro me habia tratado, fisica, psicologica y animicamente. Y es que no se me olvida la desesperacion que me invadio, me veo subiendo agarrandome por esas piedras porque no hayaba como afincar el pie para que no me doliera un mundo. Con los dias me lleve una gran sorpresa al ver la tabla de paso en internet y darme cuenta que incluso llegue alli en mejor posicion que a Champex. El grupo de catalanes venia justo detrás de mi. Ironias de la vida.


Despues que deje Bovine disminuyo un poco el dolor en el pie, quiza el café, el agua fria o el efecto tardio del ibuprofeno, o todos, estaban haciendo efecto. Podia caminar con cierta soltura lo que quedaba de subida, cerca de 1 km, para comenzar a bajar quien sabe a donde porque seguia desubicado. En algun momento desaparecio la subida, la neblina y el frio disminuyo, estaba bajando en plena oscuridad. El camino no se divisaba a mas de 3 metros de distancia con el frontal, sin embargo se podian ver abundantes luces de frontales a la lejania, vista hacia abajo de la montaña. Ver tantas luces moviendose me tenia desconcertado, ademas de confundido. Veia las luces y me parecia ver un tren moviendose muy lentamente en la oscuridad, bordeando algun sitio en la montaña. Daba la impresión de que las luces entraban a un tunel, de esos tuneles aereos donde puedes ver su paso a traves de pequeñas ventanas. Y las luces se movian y movian y yo pelaba los ojos para saber que carajos estaba viendo y si era realmente cierto eso que estaba viendo.


Estaba contrariado, mientras bajaba no dejaba de ver esa danza de luces moviendose poco a poco, desapareciendo y repentinamente apareciendo nuevamente. Me preguntaba si nos estabamos acercando a una calle por donde circulaban vehiculos, una autopista, alguna via terrestre. Estaba convencido que eran vehiculos los que transitaban al borde de la montaña, no habia pele, bajamos hacia una calle donde extrañamente a la media noche transitaban vehiculos. Parecia real, mientras seguia detenidamente viendo las luces entrar al tunel para luego salir. Estaba totalmente despierto, con mis cinco sentidos alertas, tenia que estarlo, el dolor lo sentia con cada paso mientras me entretenia e imaginaba acercarme a la fulana calle. Y sin duda el dolor habia disminuido, mas bien creo que estaba dopado o algo por el estilo con el café y el ibuprofeno ya que mis pasos bajando eran ligeramente mas rapidos, acercandose mucho a un trote suave, ese que hace 10 horas habia dejado en Arnuva.

Jesus Zerpa, el otro Venezolano en el UTMB, llegando a Trient un pocote de horas antes de mi.


Segui bajando sin saber a donde llegaria hasta que escuche un corredor decir que Trient estaba cerca, entonces cai en cuenta de a donde me dirigia aunque no tenia muy claro que kilometro seria, quiza seguia bajos los efectos de lo que me habia disminuido el dolor. Nada!, la calle por donde circulaban los vehiculos esta en Trient. Cuando sera que llegare al tunel, me preguntaba mientras ingenuamente veia mas luces entrar y salir de el. Y seguia viendo a la distancia, incluso luces color rojo, claro los stop de los vehiculos!. Que raro una autopista por aquí, bueno tengo bastante tiempo caminando por la montaña, es hora de llegar a alguna ciudad civilizada con edificios, avenidas y bla bla bla…


Y pasaban los minutos, tambien la distancia con mi precario paso, sin llegar a la calle, que en ocasiones desaparecia, esa que tenia entre ceja y ceja desde hacia bastante rato. La bajada se hizo mas empinada y de esas que me hacian botar la piedra. Largos zig-zag para cubrir poco desnivel. Medio me arreche otra vez cuando finalmente vi una calle pueblerina alli cerquita a 200 metros de altura pero seguia bajando y bajando y bajando. No era la calle que tenia un par de horas viendo desde la cima de la montaña, mi mente me habia jugado una muy fea. No existia tal tunel, autopista o vehiculos. Dice el dicho que “uno ve lo que quiere ver”, el asunto es que yo no queria ver algo que vi.


No se equivocaron mis recuerdos, efectivamente llegue a la iglesia, al frente la casa-edificio de servicios medicos, asi mismo fue que llegue, a la derecha la iglesia y al final de esa calle las carpas de avituallamiento. Lo unico que cambia es el horario, cuando yo llegue era de noche.


Me dio un ataque de ansiedad, tipico de cuando me acercaba a algun puesto de control. Despues que el sendero se convirtio en pista forestal, siempre empinada y luego en calle de pueblo y tambien despues de unas cuantas mentadas de madre, llegue al pueblo de Trient, el kilometro 138, una comuna suiza, situada en el distrito de Martigny, cuyo punto era ruta del UTMB. Quedaba poco menos de 30 km y eran casi las 2 de la mañana. Despues de cruzar y caminar por algunas calles y seguir la marca del UTMB que en ocasiones era seguir por unos conos, tambien de personas indicandome que ya habia llegado, que siguiera mas adelante, que alli mismo estaba el puesto de control, pues llegue a lo que creo era una iglesia y justo al final de esa calle la conocida gran carpa de la salvacion a la cual entre, cojeando sin poder disimular.


Cuando se llegaba a la Iglesia, al final de una pequeña subida, aparecia una calle, extensa, y al final el grupo de carpas, esas que se ven alli, tal cual, solo un detalle, yo llegue sienda de noche, mamao, con hambre, sueño, jodido de un pie y pense que solo era una carpa.


La fulana calle para llegar al puesto de avituallamiento, corta no era y porsupuesto que la camine, nada de heroes y llegar corriendo por pena al `puesto.


Habian dos personas, policias o algo parecido a personal de grupos de rescate, justo en la iglesia, quienes indicaban que al final de la calle estaba la carpa del puesto de control. Cuando entre a la carpa me atendio una muchacha, suiza, blanca, tan flaca como yo, quiza de unos 30 años, 1.60 de altura aproximadamente, con un lunar en la cara tipo Cindy Crowford y el gran detalle era que hablaba bastante bien el español, solo me pidio hablarle lentamente para poder entenderme. Me dijo su nombre pero no lo recuerdo. Sin conocerme, me atendio como si fuera su marido. Me quito los zapatos, las medias, me busco comida, bebidas, lo puso todo en la mesa. Estaba atonito con tales atenciones. Le pedi un pan con rodajas de salchichon, una vez y otra vez y lo busco, siempre con su mirada sonrriente. Me pregunto como me sentia, si me dolia mucho el pie y que me habia pasado, si era que me habia caido y cuando. Le explique, lentamente, que tenia 30 km en este estado y que era una tendinitis.

Esa chica, la de enfrente fue la que me atendio. Raro, me parecio verle un lunar, quiza por la foto no se vea bien porque era un lunar no muy oscuro. ¿tiene pinta de suiza?


El puesto de avituallamiento como tal. Las mesas, recuerdo haberme sentado en esa primera mesa de la derecha, en el banco opuesto.


Me dijo que me llevaria donde servicios medicos para que me vieran el pie, el cual tambien se sorprendio al verlo y compararlo con el otro pie no hinchado. Yo no queria ir a servicios medicos por la experiencia en La Fouly y me negue muchas veces. Ella insistio tambien muchas veces, estuvimos un rato “deliberando” hasta que accedi que me llevara no sin antes pedirle que me dejaran seguir en carrera independientemente como me vieran el tobillo. Ella inicialmente me dijo que no tenia esa decision en sus manos, a lo que ledije tajantemente que entonces no me moveria a servicios medicos y otra ves “deliberamos”… incluso hice una escena colocandome las medias nuevamente y los zapatos, haciendo creer que me iria de la carpa. Ella me vio decidido y me dijo que esperara, que comiera y que ella averiguaria acerca de mi suicida peticion.


La entrada a la casa-edificio, que esta al frente de la iglesia. Por alli se entraba a los servicios medicos. Se pueden ver identificados los voluntarios, con su camisita, como en mi pais...

Quiza la camilla de la derecha fue donde me sentaron mientras rociaban con hielo en aerosol mi pie.


Al cabo de unos minutos me dijo que no habia problemas, que habia hablado con los medicos y estos, independientemente de cómo tuviera el pie, me dejarian seguir. Despues de comer, tome un plato de sopa, tambien pasta, y pan con salchichon, la chica me llevo hasta donde estaba el personal de rescate y justo alli estaba una gran casa, con algunas salas, que fungia como el servicio medico. Entre, ella me llevo hasta la camilla, se despidio, le di las gracias y alli me quede. Habia gente por doquier, todas las camillas full de gente. Puros franceses instui por el lenguaje que hablaban, aunque justo a mi lado habia un español hablando en ingles. Me rociaron hielo, una especie de aerosol, que no existe en venezuela. La vaina era full fria pero calmaba el dolor, el pie se ponia lampiño cuando lo aplicaban. Lo rociaron no se cuantas veces sin tocarme el pie. Mientras me atendian vi todo a mi alrrededor, muchos corredores en mantas en el piso, otrosdurmiendo en esquinas forrados en trapos. Mas que servicios medicos parecia una de esas escenas de peliculas donde recluian a heridos de la guerra. Caras palidas, blancas, quemadas, insoladas, idas, sombies, que vaina mas fea. Tambien mucha gente hablando como si nada pasara, echando cuentos de esto y aquello.


La Iglesia en Trient. Seguramente estaba asi cuando pase por alli pero no la vi o no la quise ver.


Menti al principio de mi relato al afirmar que nunca supe en la carrera de que pocision iba. No recordaba que en Trient tuve la oportunidad de saberlo ya que habia una persona que expresamente lo mostraba en una gran pantalla de televisor con solo mostrarle el dorsal. Al mostrarlo y ver mi posicion en la pantalla senti satisfaccion y frustracion. Satisfaccion porque estaba en el lugar 596 sabiendo ademas que me habian pasado infinidad de corredores desde Arnuva. Frustracion porque pude ver que estuve en el lugar 236 en km. 90, que pude haber logrado esas 30 horas de no haber sido por el puto pie. Me deprimi un poco, pero la vida es asi. Tenia una gran prueba por delante que superar en condiciones nada normales, totalmente adversas. Puedo asegurar con propiedad que muchos abandonaron por 1/8 de lo que estaba padeciendo enese momento.


Alli, al fondo, se puede ver el retroproyector mostrando los tiempos de paso de algun corredor.


Y vuelve el perro arrepentido fue la frase que se me vino a la mente cuando me baje de la camilla, me puse las medias y los zapatos, las chaquetas, los guantes, el gorro, puse el bolso en mi espalda y sali de la sala de quejidos y cuidados medicos. Quise devolverme a la carpa a dar nuevamente las gracias a la chica que tan bien me habia atendido, pero sin pensarlo dos veces decidi no hacerlo, la realidad era que seguia cojeando por el dolor, que debo reconocer que el aereosol que rociaba hielo me lo calmo bastante sin que por esto haya tenido que doparme con café. Eran las 2:34 de la mañana y emprendi camino, igualmente un poco desubicado de a donde me dirigia, con poco mas de 31 horas de carrera continuas hasta ese momento.


No me intereso ni tuve oportunidad de ver el mapa o perfil altitudimetrico faltante en Trient, cosa que agradeci enormemente porque lo que me esperaba era abobinable. El dolor en mi pie se torno amigable, aunque igual cojeaba. Asi, despues de cruzar por una calle asfaltada, comence a subir por un camino, bastante amplio de granzon, inicialmente con poca pendiente pero como cosa rara, no por mucho tiempo. Estaba asimilando muchas cosas, el dolor, la resignacion. Comenze a darle mucha importancia a cada paso quedaba, tenia sueño y un sueño por culminar.

5 comentarios:

Luis Recuenco dijo...

Jesus:

Gracias por recordarnos esta gran experiencia. Recuerdo como si fuera ahora mismo cada lugar por el que pasastes, aunque yo pase a otras horas del dia.

La verdad es que viendo tu estado, lo tuyo sí que es espiritu finisher de verdad.

saludos

Ultrafondón dijo...

Jesús:
hace tiempo que te sigo al igual a que al amigo Felix, también venezolano. Yo que este año intentaré correr la CCC, tu relato me emociona y da más ganas para conseguir este reto ultra-humano. Yo no soy tan fuera de serie como tú, pues tus tiempos son como dice Luis R. de finishers aventajado. Seguro este año lo consigues y además con la experiencia de los kms. recorridos. Ánimo

Emilio J.
http://granadaultratrail.blogspot.com

Fer Panama dijo...

Jesús, gracias por pasarte por mi blog. Ya me hice seguidor del tuyo. No sabía que hubiera ultrarunners en Venezuela, ni que mentaran tanto a sus madres tampoco, jajajaja. Buenísimo la crónica del UTBM, he estado como 1 hora para arriba y para abajo leyendo, el jefe anda mosqueado.

En Panamá tengo varios amigos "Chamos", algunos hacen deporte, casi todos han salido por patas de allá.

Un abrazo y seguimos leyéndonos

FER

mayayo dijo...

Saludos de uno de los espectros de Praz de Fort, Jesús :-D
Que mas hubiera querido yo que poder estar por allí en los tiempos de carrera tuyos, jaja. A ver si el sorteo nos bendice este Lunes 18ene y puedo pelear este 2010 de nuevo.

Mientras, estoy impresionado por el coraje demostrado para seguir tu calvario hacia Chamonix. Sin duda, carreras tan sufridas y peleadas dejan un recuerdo muy especial.
Solo espero que tengas ocasión y ganas de volver de nuevo allá allí y probarte a ti mismo hasta donde puedes rendir deportivamente. Una carrera perfecta, que sale tal y como se soñó y donde rindes el optimo que llevas dentro es algo mágico, creo. Y tu te has merecido ese premio por haber sufrido la cara oscura de la ultratrail y haber sabido superarla.
Solo espero que cuando vayas a por ello (UTMB11?), al cruzar por Praz de Fort las camisetas de Ultraoxigeno estén realemente allí a tu vera. "De ilusión tambien..." ;-)

Yalitza dijo...

Jesús he reído y casi llorado con tu relato, y aunque no existe comparación entre tu trayectoría y la mía, me identifico con muchas de las emociones que describes.
Será un gusto seguirte y este es mi blog:
http://lomioescorrer.blogspot.com/

Te sugiero esta pagina bien nice donde puedes llevar el diario de entrenos y comunicarte con la comunidad de runners más grande:
www.strands.com

Mayores éxitos para el 2010.

Yalitza